Necesitamos con urgencia saber adónde queremos ir para establecer la estrategia que nos permita salir de la Tercera Depresión Económica en la que estamos inmersos. Contra el pesimismo y el voluntarismo, necesitamos la reflexión prospectiva.
El futuro no esta escrito en ninguna parte. No es un escenario fatal, predeterminado e ineluctable. Por el contrario, nuestro futuro está abierto aunque nos vengan mal dadas las bazas de partida.
Ante todo aquello que está por venir cabe el cómodo pesimismo de anclarse en el inmovilismo y prepararse a sufrir sus consecuencias, pero resulta más productivo y más sano pensar desde hoy que hay otros futuros posibles.