A finales del año 2019, la ONU y algunos de sus principales aliados lanzaron un claro mensaje dirigido a presionar y convencer a los muchos países que no acaban de comprometer acciones ambiciosas para recortar sus emisiones de CO2. La descarbonización acelerada de las economías no solo es una obligación si se quiere evitar el desastre climático sino que es una oportunidad que generaría en la próxima década un fuerte crecimiento económico mundial y decenas de millones de nuevos empleos.
Así lo repitieron durante toda la jornada el secretario general de la ONU, António Guterres, la anfitriona de la COP25, la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y los principales responsables de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Guterres aseguró contundente que es «una tontería» y «una falsedad» el argumento de que crecimiento económico y lucha contra el cambio climático son incompatibles.