Te asustaría comprobar la cantidad de mentiras que se cuentan en los libros de historia de los diferentes países. La Biblia, que sí es cierto que tiene relatos que no se ajustan a la verdad de los hechos, se debe muchas veces a que está plagada de alegorías y puede permitirse el lujo de hacerlo al no se ser un libro estrictamente de historia. Lo grave es que los otros libros de historia nacional, que se creen a pie puntillas, y que constituyen el credo del sentimiento patriótico nacional de cada país, distorsionen incluso más la realidad y eso que se escribieron hoy, como quien dice.