Es bien conocido que el trabajo desarrollado por los seres humanos ha ido disminuyendo progresivamente a lo largo de la historia en la medida que se ha sustituido el trabajo humano por máquinas en los diferentes sectores económicos. Este proceso ha permitido desarrollar el mundo y hacer que el trabajo fuera más liviano y permitir incluso la generalización del trabajo femenino y la finalización del trabajo de niños y adolescentes.
Naturalmente se crearon muchos desajustes sociales, sobre todo tras la automatización del trabajo en el campo que impulsó la gran emigración a las ciudades. Después, principalmente, tras se la 2ª Revolución Industrial, le tocaría el turno de automatización de procesos en el sector industrial con el desarrollo de las máquinas herramientas, y ello ocasionó otros desajustes entre la producción y el empleo.