La lógica de la urgencia en la que se han instalado muchas actividades no permite, ni muchos menos, una investigación reflexiva que busque las soluciones a largo plazo. Ignora la gran utilidad de la la prospectiva por lo que las soluciones que aporta son improvisaciones y, como tales, muy parciales e incompletas. No nos olvidemos nunca de que nuestra civilización actual tiene enormes problemas que no pueden resolverse en el corto plazo pues requieren hacer frente a las grandes inercias e intereses creados que sobre los asientan los factores de cambio. El sistema educativo y el de la coherencia formación-empleo son un claro ejemplo de ello.