En el sector de la energía, no se considera que para atraer a nuevos clientes sea necesario competir. De igual modo, tampoco se ve la necesidad de innovar. ¿Para qué necesitan hacerlo si los ingresos los tienen asegurados debido a que la inmensa mayoría de sus clientes son ‘clientes cautivos’ que soportarán, quieran o no, la factura que les pongan?. Aunque las empresas energéticas, en teoría, no sean monopolios —la mayoría de la empresas eléctricas sí se comportan así, en su ámbito territorial— en la práctica, sí lo son. Incluso aunque haya una cierta competencia —como figuradamente ocurre en el ámbito de las gasolineras— en muchos países, se acostumbra a pactar precios con la competencia, con lo que funcionan de manera monopolista.
Hemos de eliminar la palabra “verde” porque queremos que, en un futuro, todo sea sostenible
25 agosto, 2010Hoy en día, es posible que la energía solar y, bastante menos, la energía eólica sean más caras que las energías convencionales pero, al menos, tienen la virtud de que el precio del ‘combustible’ que utilizan —los rayos de sol y el viento— será el mismo siempre por la mera razón de que nunca llegarán a costarnos ni un céntimo.
El crecimiento imparable de la energía eólica
22 agosto, 2010El sector de la energía eólica registró, en 2009, unas tasas de crecimiento que fueron impresionantes. Y todo ello se logró a pesar de la crisis financiera mundial y en contra de las predicciones de diversas organizaciones. Las previsiones sobre su futuro son espectaculares y, mucho más los serían, si los lobbies del petróleo, del carbón y del gas natural no estuvieran influyendo, de manera tan torticera y ruin, en las decisiones de los gobiernos.
Sin liderazgo político triunfan los lobbies y nos hundimos todos
18 agosto, 2010Krugman se lamenta de que, frente a este sombrío panorama que se nos avecina, se podría haber esperado que los responsables políticos se hubieran dado cuenta de que todavía no habían hecho lo suficiente como para impulsar la recuperación económica. Pero no, para él, en los últimos meses ha habido un resurgimiento impresionante tanto del llamado ‘hard-money’ —dinero obtenido por medio de créditos hipotecarios y similares— como de la ortodoxia del presupuesto equilibrado.