Una vez, un importante y conocido empresario de la construcción nos confesó a un grupo de personas —que el azar quiso que nos sentáramos alrededor de la misma mesa redonda— que él había experimentado el paso de crisálida a mariposa. Lo hizo mientras esperábamos a que nos sirvieran los postres en la boda de la hija de un gran amigo y que, gentilmente, había invitado a mi familia. El constructor lo dijo en voz alta, y con un tono tan especial, que muchos pensamos que nos iba a confesar, habida cuenta del tono que eligió, que, por fin, había logrado salir del armario. La sorpresa, al menos para mí, fue cuando aclaró que él, una noche se había acostado siendo albañil y, al día siguiente, amaneció siendo empresario de la construcción.
Big Bang de las innovaciones
24 marzo, 2008De pronto, como si tratáramos de reinventar nuestro agotado mundo, algo que nos preocupa comienza a moverse en la dirección correcta. En efecto, la búsqueda de la innovación ha comenzado a ocupar un lugar preferente entre nuestras estrategias. Debemos pensar que todavía estamos muy desorientados. Sin embargo, muchas cabezas bien pensantes ya han dado con la palabra clave. Se llama educación en la excelencia.
El problema es que ni ellos saben lo que es y, hasta ahora, salvo la experiencia exitosa que nos aportan algunos países precursores como Finlandia e Israel, apenas tenemos referentes globales como país y que sean sólidos y tangibles, dignos de mención. Tampoco es que intentemos imitar a dichos países en serio como, en una gran medida, debiéramos hacerlo. Tan sólo el intento supondría chocar con una de las vacas sagradas de nuestro actual sistema. Estamos hablando del funcionariado imperante en el sector de la Educación.
El cáncer inmobiliario
17 marzo, 2008Durante finales del siglo pasado, en pleno auge del neoliberalismo, el estereotipo de empresa exitosa se había ya equiparado con la obtención de elevados ratios de beneficios. Así nacieron los paradigmas empresariales de las empresas más emblemáticas. El club del éxito empresarial había nacido en clave de globalización. Sin embargo, la pertenencia a este club de exitosos era lograda mayoritariamente por las empresas innovadoras como IBM, Apple, Microsoft, etc. Con todo, dado que los máximos beneficios sólo podían ser logrados por las empresas hi-tech, las empresas menos innovadoras, como las empresas constructoras y financieras, decidieron reaccionar para lograr que sus beneficios se incrementaran también de igual medida.